Apuntes para una actualización de la situación fiscal | Oscar Cetrángolo, Javier Curcio y Julián Folgar

02 Sep 2021
Nota de opinión Nuevos Papeles

Integrante/es: Cetrángolo, Oscar , Curcio, Javier Adrián

Habiendo transcurrido cerca de dos años en los que las reformas fiscales debieron ingresar en un período de suspenso impuesto por una suma de eventos que exceden el propio ámbito de las políticas públicas, resulta necesario actualizar los diagnósticos y redefinir los desafíos vigentes. Durante estos meses, la política económica fue objeto de importantes redefiniciones derivadas, primero, del resultado de las extendidas elecciones del año 2019; luego por el consecuente cambio de gobierno, y, finalmente, por el prolongado período de excepción impuesto por la irrupción de la pandemia de COVID-19, que aún no fue superada. Fue un período donde se produjeron cambios de suma significación cuyo impacto final es aún incierto. No obstante, parece imprescindible adelantar aspectos centrales de definiciones que seguramente serán objeto de debate en los próximos meses. Como contribución a ello, y sabiendo que se trata de un escenario que se mantiene tan abierto como incierto respecto a su futuro, se acaba de publicar el documento, que ofrece algunos elementos imprescindibles para caracterizar la situación fiscal antes de los eventos señalados, las decisiones adoptadas durante los últimos años y una actualización provisoria de los desafíos por venir. En esta nota se presentan algunos de los temas allí tratados.

¿De dónde venimos?

Es claro que los problemas fiscales de la Argentina no comenzaron con la pandemia. Luego de una expansión del gasto público sin precedentes entre 2006 y 2015 acompañada con desequilibrios fiscales casi siempre crecientes desde 2009, la atención frente a los compromisos asumidos con el FMI en 2018 había obligado a una reversión de la dinámica previa, como se ilustra en el Gráfico 1. Allí, en el panel de la izquierda se muestra la evolución mensual desde el año 2003 en “base caja”, mientras que en el panel de la derecha se muestra la evolución de largo plazo en “base devengado”. Esta última muestra (más allá de sus profundos picos y baches) la tendencia de mediano plazo hacia un mayor cuidado sobre el equilibrio fiscal desde la vuelta a la democracia hasta la salida de la crisis de principio de siglo, y su posterior reversión. Por su parte, el panel de la izquierda muestra en detalle esa reversión que, acompañada por un importante financiamiento monetario, inflación y aumento de la deuda, se prolongó hasta el acuerdo con el FMI.

Semejante acomodamiento fiscal de 2018-2019 fue consecuencia de la combinación de diversas medidas y circunstancias. Es claro que se hizo un esfuerzo importante para reducir el nivel de erogaciones públicas, pero mediante medidas de emergencia y difícilmente sostenibles en el tiempo. Así es que las temáticas que habían presionado de manera más importante al anterior incremento en el gasto público seguían sin encaminarse a una solución de mediano plazo: se mantuvo pendiente la formulación de una reforma estructural en el sistema de pensiones y las medidas de emergencia (Reparación Histórica e implementación de la Pensión Universal para el Adulto Mayor -PUAM) incrementaron aún más el gasto sin resolver los problemas; los subsidios a la energía permanecían en un nivel elevado; no se planteó reforma alguna en la organización del sistema de salud; y la inversión pública se llevó a los mínimos niveles históricos, por citar algunos de los temas más relevantes con necesidad de reformulación hacia 2019.

Para seguir leyendo ingresar en el siguiente enlace.

Compartir