Los efectos de la pandemia serán dramáticos en la economía | Roxana Maurizio

07 Jun 2020
Entrevista en el diario La Capital

Integrante/es: Maurizio, Roxana
Especialistas en políticas sociales y mercado de trabajo analizaron el impacto de la crisis en la sociedad.

Los efectos de la pandemia sobre la y la sociedad serán dramáticos. ¿Qué estructura social emergerá de la actual crisis económica? ¿Cuáles son las estrategias posibles para hacer frente a la crisis? Esas fueron algunas de las preguntas que especialistas en el tema intentaron responder en la webinar organizada por la Usina Social, con el apoyo de las universidades nacionales de Rosario y Mar del Plata y de las revistas Nueva Sociedad y Le Monde Diplomatique. 

Roxana Maurizio, doctora en Economía de la Universidad Nacional de la Plata y consultora de la OIT, la Cepal el Banco Mundial y el PNUD, recordó a nivel global se espera una pérdida de 130 millones de puestos de trabajo a tiempo completo por los efectos de la pandemia. 

Este sacudón toma al mercado de trabajo argentino en situación de debilidad. Además del aumento en el desempleo en los últimos dos años, la caída del salario real en diciembre de 2019 fue la peor en una década. La torta del empleo se dividía, hasta el año pasado, en tres partes: el 47 por ciento de asalariados registrados en la seguridad social, un 26 por ciento de asalariados informales y alrededor del 27 por ciento de trabajadores independientes, en su mayoría cuentapropistas.

"Entendiendo que aproximadamente el 80 por ciento del total de los ingresos de los hogares provienen del mercado de trabajo, estas magras condiciones laborales obviamente se transmite en situaciones de pobreza", explicó. En este contexto, advirtió que los impactos asociados al aislamiento social y al parate, van a tener "impactos de segunda y de tercera vuelta en la medida en la que este multiplicador negativo también haga reducir el consumo, la generación de empleo y el ingreso en otros sectores que hoy pueden estar todavía continuando con sus actividades". 

Estimó que un 40 por ciento del total de los ocupados hoy ya tiene algún riesgo laboral. Dentro de este segmento, alertó sobre la situación de dos grupos con mayor riesgo: los asalariados informales de pymes y los cuentapropistas no profesionales. "Este punto es interesante porque el cuentapropismo jugó de alguna manera el rol contracíclico frente a la debilidad en la demanda de empleo asalariado en el último trimestre de 2019", subrayó. 

Al sumar a los trabajadores que pierden ingresos en los sectores no incluidos en las actividades esenciales, y "los perjudicados por negociaciones a la baja de salarios", se llega a la mitad de hogares de argentina en riesgo de que la pobreza se eleve en 15 puntos porcentuales.

 Para Maurizio, la pandemia "desnuda y exacerba enormes déficits estructurales del mercado de trabajo en la Argentina" pero además "desmitifica algunas cuestiones que se discutían hasta el año pasado por lo menos". Una de ellas es el rol del trabajador independiente, que muchas veces se asocia a un empresario exitoso. "Lejos de esa figura ya estábamos anteriormente y hoy claramente son los primeros trabajadores que están en su casa sin ingresos", subrayó. 
También analizó el teletrabajo, que era realizado por un 5 por ciento de los trabajadores y ahora se multiplicó por cuatro. "Hoy no estamos observando teletrabajo sino personas que están en sus casas tratando de trabajar", aclaró. Y abundó: "Las condiciones en las que se piensa idealmente esta figura están muy alejadas de lo que estamos observando, sobre todo en las clases bajas pero también en algunos grupos de clase media que están tratando de trabajar desde sus hogares". 

Trabajo e ingreso ciudadano

 Con la pandemia, creció la discusión sobre las políticas de protección social. Para Roxana Maurizio, el seguro de desempleo es el gran estabilizador automático en el mundo. Pero en Argentina nunca cubrió a más de 10 a 15% del total de los desocupados porque la gran masa proviene de la informalidad o del empleo independiente. En ese punto, destacó que a través del Ingreso Familiar de Emergencia, la Ansés tuvo un registro de 11 millones de personas. 

Agustín Salvia destacó que el ingreso ciudadano “es una propuesta que está tomando vuelo” aunque llamó la atención sobre “la precariedad que tiene en términos de la calidad de esas transferencias a los sectores sociales”. Como alternativa, planteó un régimen de trabajo mínimo garantizado, como un derecho universal para tareas de cuidado, mantenimiento o saneamiento, por ejemplo. “Son mecanismos de reproducción social que hoy por hoy no tienen un valor de mercado pero que podrían tenerlo, y que crean riqueza, valor y convocan a cientos de miles de personas a trabajar”, indicó. Y opinó que podrían “recibir un salario digno y tener seguridad social a partir justamente de esos trabajos”.

 Daniela Soldano recordó a la época en la que los subsidios tenían una exigencia de contraprestación en forma de trabajo y realimentaban formas de clientelismo muy salvaje. En ese punto, expresó su temor de que el “trabajo mínimo garantizado” se traduzca en figuras de “trabajo ficticio o pseudo trabajo”. 
Desde su punto de vista, hay que pensar propuestas de la economía social que “construyan condiciones de integración social laboral y por ingreso para sectores, corridas por completo de la lógica de la asistencia, de la economía de pobres para pobres, ahí hay una ventana de oportunidad, y hay algunas experiencias interesantes”. 

Maurizio pidió enmarcar el diseño de política de transferencia con “la historia de un país que supo construir legislación laboral y regulaciones que hay que mantener y fortalecer”. También señaló que con el ingreso universal hay que discutir “los impuestos que estarían sosteniéndolo”.

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